Archive for julio 2007

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Lo que te perdiste…

julio 24, 2007

La proximidad de las vacaciones por excelencia –las de agosto- generan una costumbre que aborrezco. Llámenme asocial, radical, sociopata, fundamentalista o mongolo, pero las cenas de empresa me descomponen los intestinos y fomentan mi desconfianza hacia la especie humana. De hecho, hace tiempo que decidí no enredarme con mis compañeros de trabajo fuera del perímetro laboral, por muy buena relación que pueda tener con ellos.

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Las cenas de empresa comienzan dos semanas antes del evento y finalizan otras dos semanas después. El tema suele arrancar con un correo que, como los panes y los peces, alcanza una considerable progresión geométrica en cuestión de pocos días. Si hay algo realmente dañino en las múltiples opciones que ofrece ese negrero virtual llamado Outlook es esa denominada “responder a todos”. Calculen ustedes los correos que pueden generar diez personas utilizando al unísono la dichosa opción. Los primeros conflictos ya se generan en esta fase porque la elección del restaurante es casi siempre un punto de desencuentro: mesones en la otra punta de la ciudad, inconfundibles asadores castellanos atendidos por personal ecuatoriano y/o paquistaní, pizzerías que atentan contra el buen gusto y las disposiciones del Ministerio de Sanidad, llesquerías que sirven torradas de medio metro cuadrado acompañadas de quince gramos de loncha de jamón prácticamente crudo, buffets invadidos por alemanes al borde de la úlcera solar de primer grado… Una vez barajadas y rechazadas infinidad de posibilidades y bizarras combinaciones se suele elegir el restaurante terminal camuflado de restaurante de diseño o el muy español restaurante moderno de tapas donde se exige a los comensales un ejercicio de equilibrio gastromatemático que consiste en repartir de una manera equitativa cinco gambas entre doce bocas.

En realidad, el tipo de restaurante importa bien poco la mayoría de las veces porque a lo que en realidad se apunta uno a este tipo de cenas es para beber, mejor dicho para abrevar, sin control y con dispensa, como en las bodas. Y como existe el riesgo de que la estupenda sangría con la que se regarán las croquetas de jamón con suspiro de melón pueda quedar corta, algunos comensales se curarán en salud y quedarán una hora u hora y media antes en cualquier bar para tomar unas cañitas, con lo que la llegada al restaurante donde se ha quedado son los demás suele ser de lo más español: triunfal y a deshora, como es de recibo y porque un día es un día, coño.

Durante el resto de la cena continúa la ingesta desmesurada de sangría especial de la casa en combinación con la más exclusiva fritanga (esa que se elabora con el aceite de hace dos semanas, de ahí que las croquetas y los buñuelos tengan ese regustillo a chipirones que tanto les agrada) Nótese, además, la proporcionalidad del aumento del consumo de fritanga con el incremento del número de jarras de sangría sobre la mesa. Y puestos a reparar… ¿quién no ha reparado nunca en el listillo que pide el vino más caro porque el importe de la cena se abonará a escote?

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Y para rematar la cena chupitos. Pero chupitos de los buenos, no vayan ustedes a pensar que no se va a reparar en gastos, y por ello las jarras de homemade sangría serán sustituidas por chupitos de licor de melocotón, de manzana o de kiwi y, cómo no, el ya tradicional, y no por ello malo, chupito de J&B o de Ballantine’s. Esto dice mucho de la cultura alcohólica de nuestro país (y si el vino español, con todo lo bueno que es, no se conoce allende los Pirineos es señal del escaso acervo cultural de los extranjeros en cuanto a bebida) Read the rest of this entry ?

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De cómo aumentar la tirada

julio 20, 2007

Estas cosas pasaban cuando el Carnicerito de Málaga

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Aquí pensamos que si al juez Del Olmo le molestan estas cosas… pues podría arremangarse y ennoblecer su oficio con la retirada de Operación Triunfo, Cuéntame, Aquí hay Tomate, Libertad Digital, La Cope, el As, los anuncios de la CocaCola, toda la programación de Antena 3 y toda la mierda con la que hay que batallar a diario, ¿no?

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In & Out

julio 12, 2007

The Teenagers es una de esas bandas que se prodigan más por la red que por lo que se podría llamar el «mundo real» o mundo dirigido por multinacional. De todas formas, son una banda de singles y si lo de myspace es etiqueta de cool… pues qué quieren que les diga, que les quedan dos telediarios. De todas formas, Homecoming es un tema que tiene su gracia y como ya no es actual, ni trendy, ni nada de nada, pues como que se disfruta de otra manera.

last week, i flew to san diego to see my auntie.
on day one, i met her hot step-daughter.
she’s a cheerleader, she’s a virgin, and she’s really tan.
as she stepped out of her massive car,
i could only notice she was more than fuckable.
i think she was coming back from the game or something,
‘cause she was holding those silly pom-poms.

one day two, i fucked her, and it was wild.
she’s such a slut.

i fucked my american cunt

i love my english romance

it was dirty, a dream came true
just like i like it, she’s got nice tits

it was perfect, a dream came true
just like a song i’ve been wanting to

ok, listen girls:
i met the hottest guy ever.
basically, as i was stepping out of my suv,
i came face to face with my step-cousin or whatever, who cares?
anyway, he was wearing skinny jeans, had funky hair
and the cutest british accent ever.
straight away, i could tell he was rocker
from his sexy attitutde and the way he looked at me.
mmmmmm, he is totally awesome.
oh my god,
i think i’m in love.

it was so nice to meet you

the pleasure was all mine
i do like you
come to cancun for spring break

i’ll think about it
it could be great

and don’t forget to send me a friend request

as if

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Somos unos cracks

julio 2, 2007

Este post está dedicado a todos aquellos que se dejan empantanar por el escepticismo cada vez que escuchan el nombre de este país. Está destinado a esos aguafiestas que en absoluto arriman el hombro y siempre se apuntan al carro de los vencedores cuando todo el trabajo ya está realizado y está dedicado, por supuesto, a todos aquellos que hacen de lo agorero una bandera, su bandera.

El espíritu de superación de este pueblo está fuera de toda duda. Fíjense ustedes que, hace más de 500 años, nuestra rica cultura estaba prácticamente aniquilada por los moros invasores y, con dos cojones y la ayuda de los Reyes Católicos los devolvimos al África. Más tarde, fuimos capaces de expulsar a los franceses que vinieron, nada más y nada menos, a ilustrarnos, como si nosotros necesitásemos para algo a los intelectuales gabachos. No olviden tampoco nuestra capacidad para restaurar el orden y las buenas costumbres que los progres pulverizaron durante ese nefasto invento que fue la República. Y ahora, nos hemos sacudido los complejos frente a los norteamericanos para convertirnos en líderes mundiales en consumo de cocaína.

jovenes-comprometidos-con-la-causa.jpgY es que los españoles cuando nos ponemos somos capaces de cualquier cosa. Déjense ustedes de inventos extranjeros como los 12 meses de permiso de maternidad, los impuestos elevados como modo recaudatorio en pos de la prestación social o de servicios o el escaso interés germano por la inversión inmobiliaria a favor del mercado de alquiler. Aquí, lo que nos gusta es el vociferio, la charanga, guardar cola frente a la puerta de los retretes, el cachondeo, hacer partícipes de nuestra alegría a todos los que duermen a las cinco de la mañana y, sobre todo, encerrarnos dentro de un Seat Ibiza en el aparcamiento de un discotecón de extrarradio para vivificar ese comportamiento tan español que es meterse rayas de laxante cortadas con algo similar a la cocaína. Y es que de un país que tiene al Neng como icono de lo que se popularmente se conoce como una juventud sana es lo menos que se podía esperar.

Realicen ustedes un intuitivo ejercicio de cálculo mental y determinen –en función de la proporción de sustancias que no son cocaína y se confunden como tal dentro del interior de la papelina que nos han pasado- cómo de indiscriminado debe de ser su consumo para figurar en cabeza del ranking del mundo mundial. Y es que somos unos cracks. Porque lo nuestro, no se engañen, es la desmesura y el trapicheo, salir a pillar como si se fuese a acabar el mundo para poner después nuestro coma en las expertas manos de los enfermeros del Samur. ¿Para qué disfrutar si se puede abusar? Pues para eso señores, para emular a Fernando Alonso y Maradona juntos y ser unos auténticos champions.

Veremos cuánto tardan los perroflauta en reclamar la legalización del consumo con argumentos tan superficiales como que si el productor jamás obtiene beneficios de su trabajo, o que ello contribuiría a la desaparición o descenso de la actividad mafiosa, incluso dicen que estaría menos cortada y se ganaría en calidad. Y desde aquí nos preguntamos: ¿qué ocurre con el esfuerzo humano? Esas horas de espera en el disco-pub esperando que llegue nuestro hombre. Ese cagarse en todo cuando se descubre que lo que hay en el interior de la papelina es una Bayer efervescente rascada con una Gillette. Esas colectas desesperadas entre los colegas y los que no lo son a horas más que improbables. Ese trasiego de visitas a los mingitorios o al Ibiza para meterse una puntita eludiendo la vigilancia del vigilante de Prosegur o, peor aún, de la Jennifer. No nos negarán que todos estos elementos de riesgo, aventura y superación ante la adversidad son inherentes a la adquisición y disfrute de sustancias denominadas ilegales.

 

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Por eso, si esos polvos que nos venden como cocaína fuesen lícitos, el consumo no sólo disminuiría y perderíamos la nuestra privilegiada posición a nivel mundial sino que la Guardia Civil se quedaría sin trabajo, los de Proyecto Hombre sin jornaleros gratuitos y la Reina Doña Sofía sin rastrillo benéfico, y además se produciría una merma en ese épico espíritu castellano de superación que tanto y tan bien nos define provocada, sin duda, por la comodidad para conseguir tan celebrada sustancia.